En el paradigma de la gestión de empresas actual, la retribución constituye una de las
herramientas de mayor importancia para la consecución de los objetivos fijados para la
dirección de Recursos Humanos de cualquier compañía. En términos puramente
economicistas, es indudable que la retribución a los trabajadores constituye en buen
grado un porcentaje elevado de los costes totales a los que se enfrenta cualquier
compañía. (Chen, H., Chen, C. H.; 2004); (Gómez-Mejía, L. R., Sánchez, G.; 2006);
(Milkovich, G. T., Newman, J. M.; 1998); (Zhou, J., Martocchio, J. J.; 2001). A modo de
ejemplo, en empresas de carácter industrial la retribución a los empleados puede
suponer alrededor de un 60% de los costes totales de la compañía, siendo tal
porcentaje superior en empresas del sector servicios, pudiendo llegar incluso a un 80%
del total del presupuesto de la empresa.
Por todo ello resulta fundamental dedicar esfuerzos al diseño de una política
retributiva apropiada, asunto en el que el departamento de Recursos Humanos y su
dirección jugarán un papel crucial, relacionándose estrechamente en este preciso
momento los términos retribución y estrategia. Un elemento con tanto peso específico
dentro del estado contable de cualquier empresa,- como lo son las retribuciones a los
trabajadores-, puede significar la diferencia entre obtener ventajas competitivas y no
obtenerlas, aparejándose a ello la obtención de unos mayores porcentajes de
beneficio.
Así las cosas, una adecuada gestión de las retribuciones y disponer de una política
retributiva adecuada, permitirá a cualquier compañía, -en el ámbito de los Recursos
Humanos-, generar oportunidades en cuatro vías interrelacionadas. La primera de
ellas, en la fase de reclutamiento, posibilitando atraer trabajadores que desarrollen su
trabajo con garantías para la compañía, en segundo lugar permiten mantener al
personal actual y futuro motivado, integrándolo dentro del proyecto empresarial
generando vinculación y con ello cultura organizacional, en tercer lugar, una adecuada
gestión de las políticas retributivas debe conseguir retener a los empleados y por
último permitirá a la compañía establecer una relación directa entre desempeño y
objetivos estratégicos.
Con motivo de los grandes cambios sufridos en los mercados, dada su mayor
complejidad, la proliferación de nuevas tecnologías de la información y el
conocimiento, el crecimiento especifico del sector terciario y las nuevas exigencias de
una mayor productividad y calidad, -unidas a unos niveles cada vez más altos de
competitividad-, han originado una nueva orientación en el estudio e implantación de
las políticas retributivas pasando de una perspectiva “micro”, basada en
procedimientos, mecanismos y técnicas concretas, a una perspectiva “macro”, que se
centra en el diseño y, por tanto, desarrolla una visión estratégica de la retribución.
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